
Con el paso del tiempo hemos ido encontrando diversas normas, hábitos, estilos de vida o reglas a las cuales se adapta el ser humano. En ese sentido, así como en la esfera ambiental se posiciona la regla de las 3R (Reducir, reutilizar y reciclar), la cual es puesta en práctica por muchos de nosotros con el fin de favorecer el medio ambiente, así también hoy hablaremos de una regla similar, pero aplicada en las finanzas.
Las 3G de las finanzas, además de permitirnos conocer un poco más acerca de los múltiples términos, herramientas y propósitos que contiene el mundo financiero, nos permitirá entender esa fórmula mágica que así como reducir, reutilizar y reciclar, favorece al entorno, esta, por su parte, favorecerá a nuestro bolsillo. Sin más preámbulo, se trata entonces de gestionar, garantizar y ganar, tres aspectos determinantes en nuestro proceso financiero, los cuales marcan la ruta a seguir y la pauta por la cual nos movemos económicamente hablando.
Al situarnos en el primer ítem mencionado, específicamente, gestionar, debemos partir por profundizar en su significado e importancia. La palabra gestión hace referencia a: el acto de “llevar adelante una iniciativa o un proyecto”, así como también, a “ocuparse de la administración, organización y funcionamiento de una empresa o actividad económica”, según las definiciones que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, le otorga a esta expresión. De esta manera, tomando como base esta interpretación, podríamos decir que se trata de la dirección integral que le damos a todas las decisiones financieras.
Sabemos que al hablar de dinero, detrás de él existe un mundo de condiciones o pasos a seguir que definen la estabilidad, permanencia y rentabilidad del mismo, es decir, si no partimos de dar un buen manejo a este, estaríamos arriesgando gran parte de nuestros activos o patrimonio; de allí que la gestión entra a ser una tarea fundamental dentro del control que le damos a nuestras finanzas.
¿Qué es la gestión financiera?
Esta se podría definir como la herramienta empresarial y personal que permite establecer, controlar y analizar la forma en cómo se invierten los recursos, conocer el estado real de las finanzas, a fin de incrementar los fondos y dar un mejor manejo a las mismas. Su importancia radica en permitir tanto a las instituciones como a cada persona, tener una guía sobre la cual llevar a cabo todo tipo de operaciones que favorezcan significativamente al crecimiento financiero. Conocer de manera detallada, la fuente de ingresos, los costos, las debidas inversiones y, por supuesto, obligaciones financieras, es un paso fundamental para que la gestión se lleve a cabo de la forma correcta.
Un ejemplo de esta primera G, podemos visualizarlo en una persona que decide emprender o comenzar su negocio; esta tendrá que conocer de manera precisa los costos que le implica el producto o servicio a ofrecer, así como también cuál será la inversión que deba realizar para recibir su utilidad, todo ello, a través de la gestión adecuada de sus recursos. Solo aquellos que conocen lo que tienen, saben hasta dónde pueden llegar.

Garantizar: tu seguro financiero
Este término apela, precisamente, a la seguridad que se le otorga a algo en específico, con el fin de protegerlo de algún tipo de riesgo. En este caso, nos interesa proteger nuestro bolsillo y todos aquellos ingresos que obtengamos o préstamos que facilitemos, con el fin de evitar enfrentarnos a una pérdida significativa. Es por ello que la garantía en este ámbito, es determinante al convertirse en ese “seguro de vida” o “seguro financiero” que protegerá contra todo pronóstico la estabilidad de tus finanzas. De esta forma, una garantía financiera es una constancia creada con el fin de garantizar, como su nombre lo indica, el cumplimiento de determinada obligación, al tiempo en el que aseguras el valor de dicho objeto. Para ello el Banco BBVA en su página web, plantea tres tipos de garantías financieras que pueden ser aplicadas tanto en empresas como en un caso particular.
La primera de ellas es el aval, se trata de una figura o persona encargada de gestionar este tipo de garantía. Es quien tendrá que hacerse cargo en caso de incumplimiento en el pago. Por otra parte, se encuentra aquella que conocemos como hipoteca, que se encuentra basada en la garantía que tiene la entidad financiera con la que nos hayamos involucrado, de alguna propiedad a nuestro nombre. Por último, la fianza, la cual consiste en la garantía que se hace de manera previa al contrato, se maneja en términos monetarios y llega a ser poco común. Es así como asegurar lo que tienes en el momento te permitirá también, de manera anticipada, salvaguardar aquello que obtendrás en el futuro.
Ganar: el deseo de todos
La ganancia, en este caso, hace referencia a la utilidad que se obtiene de gestionar los recursos de manera adecuada. En este sentido, el “ganar” va mucho más allá del simple mérito de obtener algo, sino de las consecuencias positivas a corto, mediano y largo plazo, que trae consigo dicho triunfo. Así mismo, en las finanzas, la ganancia es la muestra del total del ejercicio económico que se ha realizado; en ese sentido, si el ejercicio o proceso realizado no estuvo correctamente administrado, así mismo el resultado no será el mejor. Para ello, es fundamental destacar la importancia de saber distribuir dicha ganancia, de tal forma que las obligaciones financieras sean prioridad.
Para visualizar mejor esta última, retomemos el ejemplo del emprendedor que inicia su negocio; dentro del proceso de gestionar sus finanzas, llegará el momento de obtener las ganancias, allí es donde deberá sentarse, tomar lápiz y papel, hacer algunos cálculos, determinar los costos del producto o servicio ofrecido, reinvertir en más materia prima, ahorrar parte de lo obtenido, invertir en sus gustos y retornar a la primera G. Es así como las distintas herramientas se fusionan y crean un espectáculo llamado finanzas, un espacio en donde así como la famosa frase: en la práctica se hace al maestro.