Desde la antigüedad, y por la cultura establecida, la mujer siempre fue considerada como la responsable del hogar, en materia de quehaceres y crianza; sin embargo, ese concepto ha ido variando con el paso del tiempo hasta el día de hoy en donde hemos conocido casos de madres cabeza de familia que, más allá de lo anterior, también han impulsado su hogar hacia adelante, fruto de su increíble capacidad de interpretar el mundo. Es por esto que en este mes en donde celebramos en Colombia, el día de la mujer más importante de nuestra vida, nuestra madre, haremos un homenaje especial a todas esas mujeres que han tomado la decisión de transformar vidas como mamás.
Con el paso del tiempo hemos sido testigo de la transformación social que ha tenido la cultura en los hogares colombianos, ya no solo se incluye a la mujer dentro de las decisiones del hogar, sino que además, estas tienen la potestad de decidir sobre ciertos ámbitos. Por ejemplo, según una encuesta realizada en 2013 por Capacidades Financieras en Colombia, las mujeres son las que toman las decisiones financieras del hogar, lo que se ve sustentado en el estudio realizado por Female Tribes en el año 2016 en donde se afirmaba que el 73% de las mujeres toman la mayor cantidad de decisiones financieras en sus hogares. Así mismo, 4 años más adelante, contextualizándonos más puntualmente en el 2020, la Fundación Capital y la Universidad del Pacífico, determinaron a través de su investigación que la mayor influencia de educación financiera, viene por parte de las mujeres, lo cual aumenta su capacidad de ahorro y mejora significativamente las finanzas familiares.
Se podría decir que por tradición las mujeres en su rol de madres o cabezas de familia, han sido, en su gran mayoría, las que se han encargado de los temas del hogar, por ende, son ellas las que conocen a cabalidad aquello que la casa tiene, le hace falta y necesita para estar bien. Un claro ejemplo de ello, lo vemos reflejado en algo tan importante como los servicios públicos. Seguramente, en la mayoría de casos podríamos afirmar que es nuestra mamá la encargada de que ninguno de los servicios del hogar sea cortado por vencimiento, pues ellas en su súper poder de no olvidar nada, tienen el control del asunto. Es válido aclarar que no es en todos los casos, pues conocemos también situaciones puntuales en las que los hombres se han visto obligados a suplir su rol de padre y madre, debido a múltiples factores. No obstante, como estamos en el mes de las madres y en nuestro deseo de homenajearlas, haremos una recopilación de todas esas frases típicas que toda mamá colombiana ha de decir en algún momento; esto, en honor a todas aquellas que han sido sustento, base, sinónimo de prosperidad y sostenibilidad en nuestros hogares.

En primer lugar, se encuentra una de las frases más icónicas. Si tú eres de Colombia y aún no has oído esta frase de tu mamá, prepárate porque pronto lo harás. Dicha expresión cita: “En la casa hay sopa”. Esta frase hace alusión a esos instantes en los que estamos fuera del hogar y de repente nos antojamos de algo que vemos y queremos comprarlo. Estos “gastos hormiga”, como los conocemos, nos llevan sin duda alguna a desajustar nuestro presupuesto y a atentar contra nuestro ahorro. Por eso, agradecemos públicamente a todas esas madres súper héroes que nos han salvado de gastar innecesariamente. A ustedes gracias por, una vez más, cuidar nuestro bolsillo.
Vamos ahora con una, tal vez poco común, pero que al profundizar en ella, probablemente te sentirás identificado. “Yo le vi un@ a su tío”. Esta oración se refiere a aquellos implementos, materiales, herramientas o útiles que llegaste a necesitar en algún momento durante tu periodo académico de colegio o universidad y que por evitar gastar y, así mismo, economizar de alguna manera, tu mamá buscaba ayuda en alguien cercano que tuviera aquello que tú necesitabas. Por ejemplo, recuerdo que en una ocasión, en la Universidad me pusieron a leer el famoso libro “Padre Rico, Padre Pobre” de Robert Kiyosaki y Sharon Lechter, un material que efectivamente no tenía, pero que un tío sí. Mi mamá al enterarse que lo necesitaba, lo primero que pensó fue en aquel libro que le había visto a su hermano en la repisa. De allí, que nuestras mamás además de propiciar en nosotros ese espíritu del ahorro, nos demuestra que su capacidad de memoria es tan grande como su amor.
Pasamos ahora a la icónica “Y, ¿no hay uno más barato?”. Muchos podrían asociar esta afirmación como un acto de “tacañería”, expresión que se refiere a cuando una persona le cuesta (de manera excesiva) gastar en algo. Sin embargo, cuando de cuidar las finanzas se refiere, podemos aludir al término “mamá”. En muchas ocasiones, a la hora de adquirir algún artículo, nos quedamos con la primera opción que nos ofrecen, desconociendo la posibilidad de obtener el mismo producto, a un precio mucho más económico. Ese es el otro súper poder que tienen nuestras madres, el de no malgastar cuando no es necesario. Si ella sabe que existe una posibilidad de ahorrar y conseguir el producto de la misma calidad, en un precio menor, ese siempre será su objetivo. Esto ocurría cuando, por ejemplo, en el colegio exigían algún material de lectura que era tal vez difícil de conseguir en Internet y que seguramente alguien cercano no poseía. Para estos casos, mi madre buscaba la posibilidad de adquirir el material “de segunda” (como lo conocemos en Colombia) y en muy buen estado. Así, mi mamá, además de guardar el bolsillo, me daba la oportunidad de trabajar cómodamente.

Esta cuarta afirmación seguramente va de la mano con la anterior. Y esta reza: “¿Cuánto es lo mínimo?”. Esto era lo que más oía de mi madre, sobre todo cuando la acompañaba a hacer compras en el mercado. Nuevamente quisiera resaltar el hecho de que no se trata de demeritar el trabajo de otros o quitarle valor al producto, sino de buscar el ahorro, hasta donde sea permitido. He conocido el caso de muchas personas que han sido estafadas o que han perdido gran cantidad de su dinero, por comprar de manera desmedida y sin consentimiento, todo aquello que ven. No obstante, si hay algo que caracteriza a nuestras madres, es el ahorro. Siempre que en mi hogar había la posibilidad de, como dicen, “darnos un gustico”, mi madre asentaba con la cabeza y era un hecho, pero cuando no era posible, el “no” era la respuesta más segura que recibiría y hoy entiendo que su objetivo siempre fue preservar al máximo el dinero del presente para aquellos imprevistos del futuro.
Y si tú eras de los que salía a pagar los servicios públicos y llegabas sin el cambio, seguramente sentías escalofríos al oír “¿Y los vueltos?”. Esta particular oración era una de las más repetitivas en mi hogar. Cuando salía a hacer algún tipo de diligencia y regresaba a la casa, mi mamá antes de cualquier cosa, siempre preguntaba por sus vueltos. “Vueltos” en Colombia, para aquellos que me leen de otras partes y que probablemente en sus países se conoce como algo distinto, es aquel dinero que el vendedor retorna cuando la cantidad que el cliente ha dado, supera el valor real del producto, es decir, aquello que “sobró” de lo que pagaste. Retomando esta particular frase de mamá, reconocemos la administradora que hay dentro de ellas, pues ningún peso, por más pequeño que sea su valor, se les escapa. Su libro contable es su mejor amigo y sus manos junto con el lápiz y el papel, hacen magia. Una vez más comprendo cómo era que rendía el dinero para TODO en mi hogar.
“Primero las obligaciones, después los gustos”, era una de las cosas que más me repetía mamá. Si bien, los tiempos de holgura son necesarios, algo que siempre nos ha enseñado nuestra madre es que las deudas son malas y de ellas hay que huir. Por eso, cada que se para frente a nosotros algún tipo de obligación que debemos suplir, el mejor y más sabio consejo que ella nos da, es primero cancelar el pasivo y luego invertir en el antojo.

Sin duda alguna, todas han sido frases que han marcado nuestra vida, pero quiero cerrar con una en particular que nos permite ver el amor más sincero de una madre y sobre todo, su protección constante. Situémonos en aquel instante, justo antes de salir de casa, cuando te estás despidiendo de ella. Probablemente a todos, en alguna ocasión, nos preguntó: “¿Llevas lo suficiente?”. En esa corta y muy indispensable pregunta, ella nos estaba enseñando a que no solo debíamos salir con lo que íbamos a gastar, sino la importancia de tener ese “fondo de emergencia” que nos salve ante cualquier imprevisto, así como ella, que en reiteradas ocasiones, nos ha salvado del mundo y nos ha mostrado que el mejor consejo de la vida es amarlas sin medida.
https://youtu.be/kATDo4gz9rM (una pieza audiovisual que hice hace un par de años para agradecer a mamá por todo lo que me enseñó de finanzas personales)
Por esto y muchísimo más, ¡GRACIAS! gracias a todas aquellas que han ejercido de manera valiente el rol de madres, así mismo a aquellas que siguen ejerciendo todos los roles y las profesiones del universo para hacernos felices, para que no nos falte nada, para cuidar de nosotros, de nuestras finanzas y de esos triunfos venideros. Gracias a ti, mamá, por ser mi molde y ejemplo. ¡Feliz Día a todas aquellas que dan vida con su sonrisa! ¡Feliz Día de las Madres