
¡Llegamos por fin a la meta!, al tiempo en donde todo a nuestro alrededor toma forma de regalo y en el ambiente se puede sentir el aroma a los buñuelos y la natilla. Llegó Navidad y con ella, una responsabilidad enorme por seguir preservando nuestros recursos de manera óptima y eficaz. A lo largo del año atravesamos altibajos financieros debido a las múltiples ocurrencias que mes tras mes surgían por parte de los mercados, los cuales, sabemos, son altamente volátiles. No obstante, cuando hablamos de un mes como diciembre, no solo hablamos de la Navidad, el año nuevo y las vacaciones, sino de una fecha en la que los gastos no se detienen sino que por el contrario, se incrementan notablemente. Ante esta situación, resulta pertinente establecer algunos trucos que nos permitirán tener un diciembre placentero sin preocuparnos por el bolsillo a futuro.
Navidad es una fecha en la que solo pensamos en disfrutar y vivir el día a día con nuestra familia y cercanos. No obstante, en algunas ocasiones es importante ser radical y establecer límites para evitar arrepentimientos futuros, pues un buen manejo del dinero representará la abundancia del mañana. No basta solo con ser consciente, también debemos apostarle al cambio a través de pequeños pasos que nos lleven a la transformación total de nuestros malos hábitos. Si bien estas son fechas en las que muchos “descansan” de labores, gimnasios, estudio, sana alimentación, entre otros factores que implican bajar la guardia, la disciplina de las finanzas debe ser constante y sin descanso.
Para ello, hoy estudiaremos 5 trucos sencillos y precisos que te permitirán disfrutar las fiestas sin preocuparte por el estado de tu bolsillo. Lo primero que debemos hacer siempre es registrar todos nuestros movimientos financieros. Aquello que no se escribe no existe o tiende a desaparecer, de allí la importancia de detallar cada movimiento que hagamos, con el fin de no obviar ni omitir ningún detalle. Cuando llevamos un orden de nuestra gestión, nos volvemos disciplinados y la disciplina nos lleva a tener bases fundamentadas que contribuyen al crecimiento y no al desgaste de lo que poseemos. Cada vez que tomamos un lápiz y trazamos cifras en una hoja, nuestra mente comprende a profundidad el mensaje que está queriendo transmitir, en este caso, nos haría más conscientes de la realidad financiera en la que nos encontramos y eso nos ayudaría a tomar decisiones radicales.

Por otro lado, debemos aprender a ser recursivos. Muchas personas piensan que el éxito de la Navidad recae sobre el plato que comemos o la “pinta” que nos estrenemos. Más allá de eso, la verdadera razón y motivación de la Navidad es estar en paz con los que más amamos. Por ello, una forma de ahorrar en esta Navidad, es asumiendo el reto de reutilizar e innovar con aquellas cosas que tengamos a la mano, es decir, hacer nuestros propios regalos con detalles pequeños, preparar nuestra propia cena en lugar de comprarla, innovar en la decoración de mi hogar, atreviéndome a crear mis propios adornos, ahorrar en temas de iluminación, implementando, por ejemplo, las bombillas LED, recurrir al reciclaje en caso de necesitar algo en particular, todo esto y mucho más son algunas de las múltiples formas en las que podrás ahorrarte unos pesos demás en la era decembrina.
De la mano con lo anterior, se encuentra el ingenio financiero y por ingenio, me refiero a la capacidad de tomar decisiones acertadas en el tiempo preciso. El ingenio financiero es saber qué promociones, ofertas o descuentos me ahorrarán de primera mano, dinero que me podrá servir en el futuro. Así mismo, saber que las compras en línea, me permiten ahorrar tiempo, dinero, y me dan la posibilidad de encontrar una mayor oferta del producto que estoy por adquirir. Aprender a desarrollar dicha perspicacia es algo que se obtiene con el paso del tiempo cuando cometes errores, logras aprender de ellos, luego te detienes a analizar los resultados y estos superan tus expectativas. Con esta cualidad, sabrás que si tu deseo es obsequiar detalles a tus seres queridos, lo ideal es comprarlos con antelación, aprovechando la flexibilidad de pago que durante la época otorgan constantemente, así mismo, la intuición te llevará a entender que el mejor método de pago no es la posibilidad de pagar después, es decir, con tarjeta, sino pagando en efectivo, librándote de manera inmediata de todo tipo de deuda.
Por su parte, llenarse de provisiones no era una idea tan descabellada cuando la veíamos en las películas, hoy en día, la ficción ha superado la realidad y esta realidad debería ser un hecho en todos los hogares del mundo. Aprovisionarse de víveres y elementos esenciales para la vida diaria, es visto como algo caótico y apocalíptico, no es normal que vayas al supermercado por una bolsa de leche y termines llegando con 10; sin embargo, Navidad es una fecha que te abre las puerta a esa posibilidad y cuando vemos que por el precio de una podemos llevar 2 o 3, todos nos convertimos automáticamente en “apocalípticos desmesurados”. Por ello, llenarse de recursos no es una mala idea cuando los precios son asequibles y se ajustan a nuestro presupuesto, ¿por qué no llevar el incienso, la mirra y el oro sin temor a desajustar el bolsillo?
Por último y no menos importante, establece un ahorro de emergencia. Bien hemos hablado de que a la hora de realizar todo tipo de plan financiero, este debe hacerse pausadamente y con tiempos establecidos. No obstante, este ahorro de emergencia te permitirá conocer qué tanto podrás o no invertir tus recursos en una determinada situación, en Navidad. El control que realizamos por estas fechas debe doblarse, pues los gastos hormiga no dudan en aparecer y poco a poco acabar con la cosecha de todo el año. No es correcto esperar a que finalice el mes para sentarse a tomar decisiones financieras. Aún estás a tiempo de cambiar y mejorar el panorama financiero en que nos desenvolvemos.

Ahora bien, haciendo alusión a estas fechas y para entrar un poco en ambiente, te has preguntado, ¿qué beben los peces en el río? O, más bien, ¿quiénes son los peces?
Pues bien, lo que beben es la acumulación de todas las hazañas, aciertos y desaciertos obtenidos durante el año y los peces somos nosotros. ¿Qué tiene que ver la analogía? Esto nos debe llevar a entender que como personas dentro de un mercado global, debemos aprender a desenvolvernos en él, absorbiendo lo bueno y desechando lo malo, solo así sabremos tomar decisiones correctas en el tiempo correcto y lograremos movernos como “peces en el agua”.
Estos son solo algunos tips para hacer de diciembre un mes sin tantos dolores de cabeza, recuerda que el primer paso para entender lo que debemos mejorar es autoevaluarnos. Las finanzas poseen un mundo rico en metodologías, de las cuales podemos aprender y convertirnos en expertos de la materia. Vive el proceso, aprende de los errores, corrige lo que haga falta, disfruta moderadamente, abraza a los que quieres, registra cada paso, haz tu presupuesto y lo demás, ¡vendrá por añadidura!
Somos conscientes de que todo esto representa un gran reto para nosotros, ¿cuál es tu reto hoy? La Navidad no puede convertirse en un sinónimo de consumismo, depende de nosotros transformar ese concepto hasta llevarlo a su verdadero significado. No dejemos que una fecha especial se convierta en una pila de incertidumbre en donde “hoy tenemos, mañana no sabemos”. Dale un cierre a tu presupuesto, cíñete a él, obedece a tu instinto financiero y goza de una muy feliz y próspera Navidad.