En este productivo espacio, aprenderemos a ser más productivos y a disfrutar del proceso. En la vida tenemos miles de historias por contar, unas planeadas y otras que se dan de manera esporádica. Si bien es necesario vivir momentos inesperados, es fundamental esclarecer el futuro para evitar múltiples errores que pueden terminar siendo fatales, en nuestra vida financiera, por supuesto. Planear es tal vez un tema del que no muchos comentan. Cuando hablamos de un plan, estamos refiriéndonos a una meta u objetivo que queremos alcanzar y por el cual debemos trabajar. Si nos imaginamos, por ejemplo, las vacaciones soñadas, debemos entender la base de dicho sueño, y si nos detenemos minuciosamente en cada detalle, nos damos cuenta del peso de la planeación. Planear es una tarea sencilla cuando tenemos claros los objetivos, es una tarea en conjunto que se debe realizar con la seguridad de ambas partes.

Es por eso que hoy, en este domingo financiero, ahondaremos en la importancia de proyectarnos, pues una vida sin proyección es una vida sin sentido. El 2022 será un año de reactivación total, un año en el que las cosas se verán como antes de la Pandemia y en donde las oportunidades serán tantas que no sabremos de dónde escoger. Pero para ello, resulta fundamental ir a pasos firmes basados en un plan de vida seguro y real. Hoy es importante que nos mentalicemos de que no hay que esperar a que inicie el 2022, desde ya debemos proyectarnos a alcanzar el objetivo final que recae en la abundancia y estabilidad económica. Seguramente en algún momento de tu vida has tenido un sueño en determinada área, ya sea familiar, emocional, profesional e incluso, espiritual, lo que es completamente normal y necesario dentro de nuestro desarrollo como personas. Sin embargo, en múltiples ocasiones dejamos de lado el área financiera, un ámbito que pensamos, no está ligado a nuestras emociones ni a la razón.
No obstante, nuestra esfera financiera es más importante de lo que pensamos. Sobre ella recae también nuestra estabilidad emocional, y esta determina además qué tan certeras son nuestras decisiones o no. Ahora bien, recordemos ¿qué es un plan financiero? Se trata de un documento que registra nuestros objetivos en materia económica. En este registro se definen las estrategias que permiten alcanzar dichas metas y se toman decisiones radicales para esclarecer la ruta a seguir. En términos financieros, el plan financiero consiste en cuantificar el patrimonio, estimar el flujo de caja y definir los objetivos.
Ahora bien, el éxito de todo plan está en saberlo ejecutar. Para ello, a la luz de 6 sencillos pasos aprenderemos a hacer un plan perfecto para nuestro 2022. En primer lugar cabe resaltar que cada proceso es único y diferente, no podemos comparar la realidad de lo que tenemos con otras personas, por eso cada plan es personal y debe trazarse de manera personal sobre lo que tenemos. Sin más preámbulo, ¡comencemos!
Como primera medida es fundamental establecer fechas precisas. Cuándo iniciaremos y cuando finalizará nuestro plan. Es importante que definas las fechas conforme a tu trabajo, estudio, actividades y obligaciones que tengas en el momento y que sabes, tendrás el año venidero. En ese orden de ideas, podrás poner como fecha de inicio, por ejemplo, el 15 de enero y, de cierre, el 26 de diciembre, esto con el fin de dar unos días previos al inicio y final para hacer una retroalimentación del proceso. Además de las fechas de partida y finalización, es fundamental establecer fechas para medir los resultados obtenidos hasta el momento, esto con el fin de hacer un control detallado y ajustar aquellos detalles que entorpecen el proceso.

Paso 2: dentro de esta segunda etapa, debemos elaborar un plan físico o digital que contenga los siguientes ítems: fecha, ingresos, gastos, concepto, total. A groso modo, la fecha dará un orden al plan, estableciendo los detalles del mismo como cuándo se realizó determinada compra, cuándo surgió algún imprevisto y demás. En los ingresos quedará registrada la cifra del dinero que se adquirió mensualmente, si en un mes obtuviste más ganancias de las esperadas, todo debe ir allí incluido en cifra. Siguiendo el plan, en la casilla de gastos se registrará la cantidad de dinero que se resta a lo que tenemos como capital, es decir, todos aquellos pagos mensuales que se deben hacer como servicios, estudio, entre otros. Ahora bien, ¿en dónde pondremos en qué gastamos nuestro dinero? Precisamente para eso es la casilla de “concepto”, es allí donde se expondrá con detalle cuál fue el motivo por el que se le restó al registrado en ingresos. Si fue un gusto, una salida o una situación de fuerza mayor. Y, por último el total. La cifra allí registrada nos permitirá conocer qué tenemos en total para nuestro ahorro y presupuesto. Sobre esa cifra podremos iniciar la realización de lo que anhelamos en las demás áreas de manera prudente y moderada.
Como tercer paso es importante realizar una lista de deseos a futuro, es decir, si mi objetivo es poder comprar mi propia casa o apartamento en 6 meses, es importante que desde ese momento en que lo imaginé, empiece a planificar, estableciendo fechas y planes de ahorro. Es correcto pensar en que podemos alcanzar grandes cosas y superar nuestras expectativas, pero para ello hay que tener un plan sólido que se base en la realidad del presente, tomando riesgos que nos lleven a ver oportunidades donde nadie más las ve. Cada objetivo debe tener vida propia y para darle vida a todo mi plan debo partir por transformar mi actitud, encaminando mis pensamientos hacia lo positivo de cada situación.
Todas las áreas del ser humano se encuentran articuladas por un mismo sentir, que se resumen en la felicidad absoluta y, tal vez un plan financiero no nos la pueda dar, pero sí puede ser el punto de partida para ella. Por eso, como cuarto paso, debemos aprender a identificar el objetivo económico que tengamos, pues con él, el sueño de tener lo que deseamos se hará más real con el paso del tiempo. Cuando tengo claro que lo quiero, escoger las herramientas y los pasos a seguir resulta una tarea más sencilla, pues me da la posibilidad de escoger y no de que la vida escoja por mí. Recuerda que los únicos planes perfectos son aquellos que se piensan minuciosamente y se ejecutan sabiamente.

Muchos pensarán que la sabiduría es un tema de adultos, cuando en realidad esta resulta de qué tan sano es el estilo de vida que llevamos, fruto de las decisiones que llevamos a diario, y tú, ¿te has preguntado qué tan saludable es tu vida financiera?
Llegamos al quinto y casi último paso de nuestro plan financiero para el 2022. Hemos tenido un recorrido bastante amplio por todos esos factores financieros que determinan nuestra estabilidad económica y llegó el momento para asumir nuevos retos financieros. Cuando pensamos en las consecuencias de nuestros actos, pensamos en lo que hicimos inicialmente. Por ello, no podemos depender únicamente de lo que tenemos o pensamos en un principio, ahora es cuando más debemos proyectarnos e intentar ir más allá, es decir, asumir el reto de ahorrar más de lo que venía ahorrando para el mes siguiente, reducir en un 10% los gastos que tenía para los próximo 3 meses, tener el doble del dinero que tenía en el primer mes del año, en los siguientes 4 meses, etc. Todos esos retos suman a la construcción del plan perfecto, pues nos obliga a dar esa milla extra y a entender que cuándo tomamos riesgos también podemos ganar.
Por último y no menos importante, materializa tus propósitos. Una de las mejores formas de disfrutar el resultado es verlo como un hecho. Muchas veces posponemos nuestros objetivos por temor a equivocarnos o por el “consejo”de otras personas. Sin embargo, cuando tú estableces una meta, no hay mayor satisfacción que poder decir “lo logré” y esa, es una forma de motivación para que en el futuro, continúe planificando con detalle aquello que quiero realizar. Por eso, en tu plan siempre debe haber espacio para la realización, sin temor, sin límites, sin prejuicios. Siempre recuerda que más allá de la meta está la realización, aquella con la que te sientes en plenitud por haber superado el límite que tú mismo estableciste. Los objetivos son solo la guía, pero el resultado lo determinas tú. ¿Qué esperas para planear tu futuro financiero? ¡El momento es ahora!