
Emprender es una de las acciones más valientes y con mayor riesgo que podemos llevar a cabo, significa creer en nosotros, en una idea y lanzarnos con la convicción de que eso puede solucionar un problema o satisfacer una necesidad en nuestro entorno social, sin embargo, una vez tomas la decisión y empieza la acción tu vida comenzará a cambiar por completo. ¿Qué significa esto? Ser emprendedor es sinónimo de nuevos logros para tu vida a nivel profesional y personal, también representa nuevas oportunidades para aprender y levantarse después de haber cometido un error, y por supuesto puedes estar ingresando a un ascensor de emociones que irá acorde con tus resultados; es decir, algunos días estarás muy satisfecho y otros no tanto, pero ¿acaso alguien dijo que sería fácil? Seguramente no, pero tampoco imposible y se puede lograr, en especial porque a todo lo que se le puede inyectar disciplina y esfuerzo tiende a tener éxito.
¿Vale la pena tomar el riesgo? El único que puede responder con certeza esta pregunta eres tú mismo, a nivel personal creo que es una carrera increíble y de admiración para todos aquellos que han tomado la decisión de iniciar, incluso en los momentos más inesperados y con factores incontrolables como la devaluación de una moneda, altos niveles de inflación y los temores de recesión a nivel global.
Ahora bien, si este es uno de tus proyectos en este nuevo año y estás a punto de tomar la decisión, hoy hablaremos sobre algunos puntos que puedes tener en cuenta de forma cualitativa y cuantitativa con el fin de ayudar a orientar todos tus esfuerzos.
Lo primero es estructurar y definir la idea de negocio. Este es el punto de partida y el momento preciso para colocar los pies sobre la tierra y aterrizar todos tus objetivos. Es ideal que puedas trabajar con una visión clara y objetiva además de apoyarte con un mentor o experto en el área de conocimiento que vas a emprender.
Una vez logres esto, debes tener presente que la primera persona en creer en la funcionalidad de tu idea eres tú, de lo contrario, si hay inseguridad puede ser producto a dos cosas; o tienes miedo al fracaso (algo totalmente normal) o te puede estar faltando algo para convencerte de una vez por todas, si crees que puede ser lo segundo ha llegado el momento de iniciar las validaciones con tu entorno más cercano y de confianza, esto será fundamental para lanzarte. La única excepción en este caso será tu mamá, a ellas todo les parece perfecto y por su instintivo de amor puede dejar de ser objetiva. (Definitivamente las mamás son increíbles)
Y para concluir este punto, si tu idea va acorde a tus hobbies, gustos y preferencias, créeme que vas por buen camino. Aunque eso no quiere decir que no puedas incursionar en nuevos mercados.
Lo siguiente es construir un presupuesto real y proyectado. Al igual que el primer punto, debes tener los pies en la tierra y trabajar en dos escenarios; el escenario real representado en los recursos que tienes actualmente y que se pueden destinar a sacar adelante tu proyecto y el escenario proyectado, el cual representa eso que quieres alcanzar cuantitativamente en un periodo de tiempo establecido.
¿Es importante realizarlo? Así como una construcción está cimentada por sus bases, el presupuesto es la piedra que sostiene tu proyecto y si no comienzas desde el punto cero con una guía de las inversiones que puedes realizar y de los riesgos que puedes asumir financieramente, tu idea y tus finanzas pueden sufrir significativamente. Además, es importante realizar un seguimiento continuo con el fin de evaluar tus avances y los siguientes pasos a dar.

Como tercer punto puedes desarrollar un hábito de medición trimestral. Lanzar un proyecto y esperar resultados en el primer mes puede resultar algo frustrante, aunque eso no quiere decir que esté destinado a dar pérdidas, de hecho, puedes tener resultados positivos en las primeras semanas gracias a su lanzamiento y posteriormente los números pueden bajar o viceversa, por eso lo mejor es medir tus resultados cada tres meses.
los indicadores dependen netamente del tipo de emprendimiento, no obstante debes analizar tus costos fijos, los porcentajes de ventas, la rentabilidad y el retorno de la inversión.

Sumar aprendizaje y conocimientos es el último punto del que hablaremos hoy. Nunca parar de aprender y ampliar la rama de tu conocimiento es clave para convertir tus debilidades en tus mayores fortalezas, los podcast, youtube, los cursos en plataformas digitales y los libros pueden ser una fuente a nivel intelectual y de experiencia muy amplia para tu proyecto.
En definitiva, debes tener presente que en este camino, uno de los factores fundamentales es aprender a disfrutar el proceso, ¡queremos alcanzar resultados inmediatos! Y esto en algunos casos se puede dar, pero si no disfrutas del proceso, van a llegar las dudas y vas a considerar dejarlo todo, así que nada tan importante cómo disfrutar de cada paso que das en tu emprendimiento. ¿Estás listo para trabajar por tu proyecto? Te leo en los comentarios y nos vemos en una próxima.
Hasta aquí todo por hoy, eso sí, no olvides que si te gustó este blog puedes dejar tu calificación y compartirlo con esa persona que más lo necesita. ¡Nos leemos en una próxima!