La mayoría de nosotros queremos cambiar hábitos o estamos en ese proceso de mejorar en diferentes ámbitos de nuestra vida pero en ocasiones la motivación que es esencial para llegar a cumplir esto, no siempre es nuestra mejor aliada.
Comencemos definiendo qué es la motivación según la RAE, es el “conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”. En pocas palabras, es un estado o una actitud que nos impulsa a realizar ciertas acciones necesarias para cumplir objetivos, podemos evidenciar la motivación en diferentes momentos y actividades de nuestra vida como a la hora de resolver problemas, coger el bus para ir a trabajar, cuando queremos comer mejor, empezar a ir al gym e incluso cuando queremos llevar mejor nuestras finanzas personales, así que la motivación te ayuda hacer frente a esos desafíos y oportunidades que se te presentan día a día.

Para entrar en materia, vale la pena conocer algunos aspectos que nos indican falta de motivación: Cuando tienes pensamientos negativos, crees que no estás haciendo bien las cosas, te autosaboteas, tienes un autodiálogo negativo, dices o piensas “no soy capaz, todo me sale mal”, entre otras frases que suelen llegar a nuestra mente durante el día y hasta la hora de irnos a dormir. También cuando sientes temor por los resultados, no queremos defraudarnos ni a las personas que creen en nosotros, lo cual suele ser un peso adicional aunque a veces no somos conscientes de ello.
De acuerdo con lo anterior, el pesimismo, pensar en lo que dirán lo demás y la búsqueda de controlar milimétricamente todo en nuestra vida, nos pone en un estado de agobio, preocupación, tristeza y desgano, ya no sientes emoción o felicidad por esos pequeños pasos que antes parecían un triunfo, es aquí cuando aparece la falta de motivación. Junto a esto, aparece el insomnio, en donde no se está cumpliendo el ciclo normal del sueño por lo que se pierde la calidad de este y la sensación de bienestar, generando que siempre estés agotado, poco productivo, estresado, con dolores de cabeza y mareos. Dejando esto como resultado, que poco a poco se apague esa energía que te motiva a ser la mejor versión de ti mismo cada día.Por eso, nunca hay que hacer oídos sordos frente a la desmotivación, ya que esta es una señal que nos indica que debemos replantearnos nuestras metas para lograr lo que verdaderamente deseamos y aquí te ayudamos con algunas herramientas…

Para darle rumbo a esa motivación que deseas tener, primero comienza preguntándote el por qué y para qué hace lo que haces, si no te cuestionas esto es muy fácil perder el rumbo, quedándote en piloto automático, sintiéndote perdido y simplemente yendo a donde la corriente te lleve. Por lo tanto, elige vivir, entiende el por qué y para qué estás haciendo las cosas ¿para ti?, ¿para mejorar tu estilo de vida?, ¿para crear hábitos?, ¿para alcanzar tus sueños? etc.
En este sentido, te invito a que te enfoques en las metas a corto plazo, si bien es cierto, las metas a largo plazo pueden ser la brújula a donde quieres llegar, pero son las de corto plazo, las que se encargan de aumentar nuestra motivación porque requiere de tareas específicas y claras.
¡Comencemos a enfocarnos en el hoy! A nuestra mente le parece mejor asimilar las tareas cuando la ve como una acción sencilla, sin ninguna complejidad; por ejemplo, tomar un vaso de agua, dormirse temprano, mirar las redes sociales hasta cierta hora del día. Piensa en que “es solo por hoy” y así se comienza a convertir en una meta simple de cumplir, y que luego termina quedándose en un hábito similar al de lavarse los dientes.
Pero ¿Cómo establecemos metas a corto plazo?, aquí te doy tips que pueden funcionarte:
Primero, define cuáles son tus prioridades y objetivos a cumplir más fáciles de alcanzar, esto con el fin de no sobrecargarte porque si te saturas en tu día a día, lo más probable es que decidas renunciar. Es mejor establecer pequeños objetivos, realistas y una lista corta de ellos, así con seguridad vas a ir logrando el éxito de esas tareas que tanto te has propuesto y simultáneamente tu motivación va a ir incrementando.
Segundo, alinea las metas de corto plazo con el propósito a largo plazo. Esto, dado que independiente que te centres en las metas a corto plazo, puedes fijar el largo plazo que esté relacionado con esas tareas del día a día. De esta manera, tienes en cuenta tu meta final, que con ayuda de las de corto plazo no te vas a desenfocar y siempre vas a tener claro ese por qué y para qué las fijaste desde un principio.
Tercero, ponte fecha de inicio y de finalización para conseguir cada meta. De esta manera te estás organizando y comprometiéndote contigo a lograr resultados. Sin embargo, es importante que siempre tengas en cuenta qué tiempo y capacidad tienes para establecer los límites de tiempo, debes ser consciente de ellos para que tus metas sean constantes en el tiempo.
Cuarto, valora cada logro que alcanzas por más pequeño que pueda ser, prémiate con regalos, felicítate o simplemente siéntete orgulloso/a del éxito que obtuviste. Por ejemplo, si cumples un mes haciendo ejercicio, prémiate comprando un conjunto nuevo para el gym (¡Ojo! Contempla tu presupuesto y sé responsable con el gasto). Hacer esto, desarrolla pensamientos positivos e incentiva a que te sientas más motivado a seguir cumpliendo objetivos.
Quinta, la motivación es un elemento clave en el éxito en cualquiera de las áreas de tu vida, pero a veces nos enredamos en definir y recordar esos propósitos que nos motivan, por ello, una estrategia que funciona muy bien es escribir en papel todo aquello que quieres lograr, de esta manera obtienes mayor claridad al definirlas y las puedes recordar fácilmente. Esto también te ayuda a no perder el foco, te hará tener presentes tus proyectos y lo que necesitas para lograrlos.
Por último, quiero darte un consejo, cuando sientas poca motivación y no quieras seguir tus metas ya definidas, no te ahogues en esos pensamientos, permítete sentir pero ponte límite, siempre piensa que puedes lograr lo que te propongas en la vida por más oscuro que sea el panorama. En este sentido, es menester que le ayudes a tu cabeza para que no se quede en ese lugar, así que busca inspiración en cosas como en la lectura, en la música, sal a caminar, viaja, habla con personas vitamina o simplemente descansa y empezar de nuevo.
